Escritor, conocido con el
seudónimo de “El
Búho”.
Nació en Huacapampa, Celendín, en
1886, realizó sus primeros estudios
en su pueblo natal y posteriormente
en el Liceo “El Progreso”
del maestro Pedro Ortiz Montoya en
Celendín. Maestro de profunda
vocación, ejerció la docencia desde
1903 en escuelas de su pueblo natal y
en Celendín. Su afán aventurero y su
sed de conocimiento lo llevaron a
otros lugares de la patria en donde
fundó colegios, como en Pacanga,
Lambayeque y en el oriente a donde
viajó, atraido por la fiebre del
caucho de las primeras décadas del S.
XX, fundando la escuela “La
Flor Naciente” en Condorcanqui,
un pueblo del Ucayali. Cansado de
aventuras, regresó a la patria chica
en donde se jubiló en la Escuela Nº
81 de Celendín, en 1954.
Hombre de ciencias y de letras,
fue autor de monografías sobre su
distrito y la provincia de Celendín,
así como de apuntes históricos de
carácter mundial que figuran en su
obra inédita “El
Alphagénesis”. Introdujo la
primera imprenta en Celendín y
publicó los periódicos “El
Cometa”, “El
Progreso”. “El
Tímbre”, “El
Timelo” y otras obras de
carácter educativo. Inspirado en
nuestro glorioso pasado
incursionó en el teatro llevando a
escena algunos dramas como “El
llanto de las Coris”,
“Ñaupipacha”, “La
agonía de una flor”, “Las
águilas del morro”,
“Amarguras”, etc. También
fue autor de novelas como
“Venenos del amor”,
“El palacio de los Cuatro
Vientos”, pero su producción
literaria es esencialmente lírica,
como lo demuestran Las
“Peruandinas” y
“Lira del Ande”,
poemarios inéditos en los que se
autoidentifica con su seudónimo de
“El Búho”. Como él mismo
lo canta en una de sus coplas:
Nadie me conoce, ni conozco a
nadie,
vivo en el silencio de los azules
del Ande.
y aquél que quiera diversificar
mis versos
primero que los pese en una
balanza justa.
Canto porque todo en el mundo
canta,
ya con ritmos bellos o
descompasados,
canta la lluvia, cantan las aves,
canta el viento
¿por qué no puedo cantar yo?
Soy el ave inquieta, triste y
solitaria
de mi nadie sabe si alguien me
acompaña
huyo del mundo que da pompa
y fiesta
y pretensión alguna no es lo que
me exalta