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Elecciones municipales
decisivas: la opción es
proseguir la destrucción o salvar a Celendín |
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Escribe Jorge Chávez
Silva
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Se acercan los comicios municipales y creemos que, hoy más que nunca, son de vital importancia para un pueblo como el celendino, que sigue esperando soluciones para sus problemas y está a la expectativa de lo que pueda sucederle en el lustro venidero. Se acerca pues la hora de la verdad y tenemos que, despojados de todo apasionamiento, vislumbrar certeramente lo que a nuestra gente y provincia les conviene. Creemos no exagerar si afirmamos que estas elecciones son decisivas, pues marcarán la salvación o la destrucción final de Celendín, tal como lo hemos conocido. Siendo las elecciones municipales una justa de carácter vecinal, siempre hemos pensado que deberían estar despojadas de todo tinte político, porque entendemos que las doctrinas que sustentan a los partidos llamados políticos tienen una cobertura más genérica, a veces ideológica, una intención que engloba a lo nacional. Esta condición, en la mayoría de casos, lleva a esas formaciones a pasar por alto los problemas sui géneris que aquejan a una provincia como la nuestra. Una provincia que figura en el mapa nacional de la pobreza en los primeros lugares y que tiene a la mayoría de sus habitantes al filo de la navaja, acechados por el hambre y la miseria. Es indudable que la existencia de oro en las entrañas del suelo celendino y la posibilidad de su explotación será el principal caballito de batalla que esgrimirán algunos candidatos a la alcaldía, conscientes de que así juegan con las esperanzas de un pueblo pauperizado que, teniendo otros horizontes de progreso, ve la cuestión minera como una posibilidad de trabajo inmediata para sus habitantes y de progreso material en obras que redunden en beneficio de la provincia. Es menester señalar que hay posiciones encontradas en torno a esta problemática: para unos es prioritaria la explotación minera, como única solución para salir del hoyo; mientras que para otros, más cautos, otras posibilidades, como la ganadería, la agricultura, la artesanía y, sobre todo, un turismo bien encaminado, pueden significan polos de desarrollo económico y social. Y no sólo eso, sino que estas soluciones liberarían a nuestro suelo de los estragos que indudablemente, pese a que digan lo contrario los "pro mina", ocasionará dicha explotación, como ya ha sucedido en otros lugares del país en donde la existencia de algún mineral, lejos de ser una bendición ha sido todo lo contrario: ha significado ruina ecológica y moral para la zona y la población. Para mirarnos en algún espejo sólo basta volver los ojos a la vecina Cajamarca y contemplar los gravísimos problemas en que se encuentra envuelta. No quisiéramos que situaciones lamentables como las que ocurren allí se repitan en nuestra bella provincia, privilegiada por su paisaje y geografía y por riquezas que apenas vislumbramos, pero cuya armonía y fortaleza es susceptible de resquebrajarse irreversiblemente si algo altera su equilibrio natural. Es importante ser conscientes al respecto, porque está claro que la preferencia que se dé a una de las dos opciones citadas significará la desaparición de la otra. La decisión que se tome es, pues, trascendental. Suponíamos, sin embargo, al lanzar estas reflexiones, que hay candidatos que aspiran al sillón municipal con propuestas más o menos serias, por lo que hemos querido saber más. En nuestro discurrir por las calles, conversando con diversidad de gente, hemos sacado en claro que en la preferencia de los votantes va los candidatos que a continuación reseñamos, no necesariamente en el orden de aprobación; más bien priorizando las edades, basados en el viejo concepto de la antigüedad. En primer lugar vamos a mencionar al alcalde en ejercicio, Dr. Mauro Siles Arteaga, quien va por la reelección y cuyas obras de mejoramiento urbano suscitan diversos comentarios en pro y en contra. El, en su prédica, expone como argumento más sólido la posibilidad del asfaltado de la vía Cajamarca - Celendín - Balzas, cuyo presupuesto, según la prensa y otros medios, sería insuficiente si defecciona el primer postor a la obra. Su trato con la minera es ambiguo, por decir lo menos, pues pese a su famoso decreto de intangibilidad, ha permitido la exploración, con toda la inversión que ello significa; gastos que, estamos seguros, la minera intentará recuperar vía preferencias en la explotación. Es sabido que estar en el ejercicio del poder es en mucho tener la sartén por el mango, pues, quiérase o no, se puede utilizar todo el aparato municipal en busca de clientelaje político. Ya es costumbre en nuestro país la inauguración pomposa de obras, a última hora, para encaminar la voluntad de los votantes indecisos. Luego tenemos al ingeniero Juan de Dios Tello, del grupo Fuerza Social de Centro y representante a nuestro juicio del sector agrícola ganadero. Como es lógico suponer, dedicado a una labor de esta índole, debe ser prioritaria para él la conservación de la ecología como sustento de una ganadería en pleno desarrollo, cuyos resultados han despuntado en los últimos años con la importación de ganado de calidad y la siembra de pastos que garanticen una buena producción. Por lo tanto, creemos que es opuesto a la explotación minera o, por lo menos, dado el caso de una situación inevitable, exigiría fuertes condiciones a la Newmont, de tal manera que esto no signifique la extinción de la ganadería y la agricultura, que están, como repetimos, en pleno desarrollo y con serias propuestas que pueden volverla una solución económica perdurable para Celendín. Luego tenemos al candidato del APRA, Sr. Antonio Izquierdo, cuya posición acorde con los postulados del partido gobernante es indescifrable. Así como hemos visto a nivel nacional un desmentido recurso a los ofrecimientos electoreros del partido de la estrella, hoy comprobamos con pena como se da marcha atrás con respecto a las promesas hechas. Ahora, toda la fanfarria desafiante de la campaña se ha trocado en posiciones calculadoras y consecuentes con los requerimientos de los grupos de poder. Esto es lo que ocurre con la Telefónica y es lo que sucedió en el caso de Combayo, en donde se ha logrado "adormecer" a los comuneros. Todo en desmedro de los eternos postergados: los pobres del Perú profundo. La posición del Sr. Izquierdo con respecto al problema minero es un enigma: no se ha pronunciado con claridad sobre el tema. Dentro del abanico de candidatos, tenemos finalmente al Sr. Jorge Urquía Sánchez, joven representante nacionalista y director de la revista "Inkarri", que circula profusamente en Celendín y cuya orientación, que trasluce en sus páginas, nos hace pensar que para este candidato la explotación minera es un proyecto inviable y lleno de amenazas. No dudamos que existan otros candidatos con aspiraciones edilicias. No es nuestra intención obviar a nadie. Ojalá que, enterados de la existencia de CPM, nos hagan llegar sus programas y propuestas para exponerlos a nuestros lectores y así aumentar las posibilidades de juicio crítico. Asimismo, si estuviéramos equivocados en nuestro razonamiento con respecto a lo anotado sobre los candidatos en pugna, estamos llanos a publicar las aclaraciones del caso. Nuestra vocación democrática está sobre todo. Dicho esto, de una cosa estamos seguros: en esta “justa” se echará mano a todos los recursos, legales o ilegales, para acceder al poder: se pondrá en tela de juicio la honra de muchos ciudadanos, se insultará a diestra y siniestra, se calumniará y se vilipendiará a todo aquel que opine en contrario. Las zancadillas arteras estarán a la orden del día, porque ya lo dijo un gran pensador: “en los lugares donde no hay mucha justicia es peligroso tener razón”. En estas condiciones, adivinamos el papel que jugarán los intereses creados en torno a las riquezas de Celendín. Hemos sido testigos presenciales de los suntuosos banquetes con que se pretende ganar la voluntad de las autoridades y de otras triquiñuelas engaña muchachos para atrapar a los incautos. Creemos, sin embargo, que nuestros conciudadanos no se dejarán sorprender. Tenemos que aprender las lecciones de la historia, estamos en la posición de exigir claridad en los postulados de los candidatos y concordancia entre lo que ofrezcan y hagan una vez que lleguen al sillón municipal. No debemos permitir que, una y otra vez, nos tomen como cándidos, porque una cosa es ofrecer y otra es cumplir cuando se tenga la vara en la mano. Los ciudadanos debemos estar alerta para ejercer nuestros derechos de participación en el gobierno municipal y nuestro derecho de veto si es que juzgamos que la actuación de las autoridades no está de acuerdo con lo que necesita el pueblo. No debemos dejarnos engañar por cantos de sirenas (bien pagados) que buscarán obnubilar nuestro juicio. Es necesario comprender que de estas elecciones municipales depende en mucho el porvenir de Celendín y el futuro que leguemos a las generaciones venideras. Es necesario dar una lección de civismo sopesando todas las posibilidades y votando a conciencia como buenos celendinos. En todo caso, como shilicos consecuentes, en CPM estaremos a la expectativa y vigilantes de lo que se haga. Tenemos la certeza y el derecho de exigir que se cumpla lo que se prometió, porque mentirle al pueblo es mentirle a Dios. En todo caso, que Él nos coja confesados. |
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