Son parte de nuestra alma | |
Finalmente -cómo dejarlos de lado-, están los desdichados, aquellos que por azares del destino nacieron disminuidos y con todo en contra, pero que tuvieron el coraje suficiente para hacerse un lugar entre la gente. Ellos también, como los grandes, los ingeniosos, los ricos, los talentosos, contribuyeron a dar personalidad a un pueblo que necesitó de la suma de todos sus personajes para ser lo que fue y lo que es. Ellos son también parte e indicador de nuestra alma, de nuestro espíritu colectivo, y por ello merecen nuestro recuerdo y es válido nuestro esfuerzo por rescatarlos. |
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