YANACOCHA Y DDHH - Doc.
COORDINADORA
NACIONAL
DE DERECHOS HUMANOS - PERÚ (www.dhperu.org)
Desde hace más de 12 años, la empresa Minera
Yanacocha SRL ha venido desarrollando actividades
mineras en el departamento de Cajamarca con obtención
de importantes ingresos. Sin embargo, se han generado
impactos ambientales y sociales negativos, que
perjudican más a los campesinos de las zonas
aledañas. El malestar de la población ha ido
creciendo debido a que Cajamarca, continúa siendo uno
de los departamentos más pobres del Perú, teniendo
indicadores en analfabetismo, desnutrición,
mortalidad materna infantil e indocumentación que se
encuentran entre los peores a nivel nacional.
En setiembre del 2004, el intento de Minera Yanacocha
de realizar exploraciones mineras en el Cerro Quilish
generó honda oposición de la población urbana y rural
de Cajamarca, que temía se contaminaran las fuentes
que abastecen de agua potable a la población urbana y
rural. La empresa Minera Yanacocha reconoció
públicamente que había cometido muchos errores en su
relación con la comunidad, así como lamentó la
conducta prepotente de muchos de sus representantes.
Otras fuentes simultáneas de tensión son las acciones
de Minera Yanacocha en el distrito de Combayo, el
proyecto de transvase del Río Jequetepeque hacia la
cuenca del Atlántico para reponer aguas a las
comunidades que las actividades mineras han afectado
debido al proyecto La Quinua y el inicio de
operaciones mineras en Sorochuco y Celendín, todo lo
cual genera el rechazo de la población.
Frente a esta problemática nos preocupa que el clima
de tensión social generado en Cajamarca por las
operaciones de Minera Yanacocha pudiera traducirse en
situaciones de violencia que es preciso evitar y por
ello señalamos:
1. El Estado peruano tiene la obligación
constitucional de garantizar el ejercicio de los
derechos fundamentales de la población y por lo tanto
debe salvaguardar que ninguna forma de inversión
privada genere el deterioro de las condiciones de
vida de los ciudadanos. Lamentablemente, esto no se
ha producido en Cajamarca y en múltiples
oportunidades, el Estado, lejos de promover un clima
de mutuo respeto y diálogo entre Minera Yanacocha y
los campesinos, ha generado en estos últimos la
percepción de que su prioridad es el respaldo a la
inversión minera.
2. Hacemos un llamado a Minera Yanacocha para buscar
mecanismos eficaces de relación respetuosa de los
derechos de las poblaciones que están siendo
impactadas por las actividades mineras, absteniéndose
de generar divisiones y enfrentamientos entre los
propios campesinos. Igualmente, los funcionarios de
la empresa deben evitar expresiones y comportamientos
que busquen deslegitimar o criminalizar a los líderes
y las organizaciones sociales que luchan por sus
derechos fundamentales, sin intentar comprender y
absolver sus legítimos reclamos.
3. Hacemos un llamado a los líderes campesinos y las
organizaciones rurales y urbanas de defensa ambiental
de Cajamarca a tomar en cuenta que las formas de
protesta ciudadana tienen que hacerse de manera
organizada y pacífica y que la violencia no
constituye una solución a los problemas sociales y
ambientales generados por las actividades mineras.
4. Hacemos un llamado al Ministerio del Interior para
que evite que el destacamento policial emplee de
manera desproporcionada de la fuerza lo que pudiera
generar muertes o lesiones graves a la integridad
personal. Recordamos los casos de Efraín Arzapalo
(Junín, noviembre del 2003), Reemberto Herrera
(Piura, abril del 2004) muertos por acción de las
fuerzas policiales y el asesinato del rondero
campesino Juan Montenegro Lingán (Cajamarca, La
Zanja, noviembre 2004).
5. Tanto Minera Yanacocha, como los Ministerios de
Energía y Minas y del Interior, las autoridades
regionales y locales de Cajamarca, así como las
organizaciones de la sociedad civil deben comprometer
el máximo de sus esfuerzos para que la minería en
Cajamarca no constituya una amenaza a los derechos
sociales, económicos, culturales y ambientales de las
comunidades de su entorno y termine envuelta en actos
de violencia social. La vida de cualquier peruano
vale más que todos los intereses económicos que
pudieran estar en juego.
Lima, 05/07/2005