CAMBIO "RESPONSABLE" - Reinhard Seifert
Newmont Mining
Corporation (Yanacocha)
y su cambio “responsable"
Por
Reinhard Seifert
Mucho más antes de los
sucesos por la defensa del Cerro Quilish, principal
manifestación del pueblo de Cajamarca (el 15 de
septiembre del 2004), la táctica y la estrategia
elaborada por la Newmont Mining Corporation
(Yanacocha) para dividir a la población comenzó en el
año 1993. En vista que Wayne Murdy -el más alto
directivo de la Newmont- manifestó que la empresa se
quedará por unos 90 años en Cajamarca, a los
opositores habría que callarlos. Y a como dé lugar.
Esto explica porque ante cualquier protesta contra la
corrupción rampante y la contaminación permanente,
provocadas por la minera, se lanzaron encima de los
manifestantes: a) la prensa controlada, p.e. los
Diarios El Clarín, Panorama Cajamarquino y el
Mercurio, b) todo el aparato estatal de la justicia (
acoso), el Ministerio Público y la Corte de
“Justicia” y c) en el lugar de los
hechos, para reprimir brutalmente, la policía
nacional. En Cajamarca la mina habría encargado esta
tarea a sus "arrastrados" empleados Dante Vera (ex
militante de Vanguardia Revolucionaria - el
Proletario, de tendencia mariáteguista), César
Humberto Cabrera (ex miembro del Partido Socialista
de los Trabajadores, de tendencia trotskista) y
Germán Merino Vigil ( ex militante del Partido
Comunista, tendencia Unidad, moscovita). Esta es una
trinidad de una vergonzosa militancia comunista -
izquierdista. Merino tiene antecedentes penales (Exp.
Sala Penal de Amazonas,15-07-1986). Estos tres
personajes actúan solapadamente y sirven de nexo y de
bisagra entre el Estado y Yanacocha.
Claro está, esta utilización completa de la
maquinaria estatal contemplaba un mensaje explícito,
que era amedrentar y chantajear a la población que
reclamaba aguas limpias. En estas condiciones, pocos
soportan permanentemente estos ataques y
humillaciones, que además trae entre manos -siniestra
estrategia- la división y el enfrentamiento entre
hermanos por un puñado de dólares.
Estas pequeñas inversiones de Yanacocha -la
corrupción- para conquistar el quiebre de la voluntad
popular ha resultado siempre para la minera más
barato que invertir en el cuidado intensivo del medio
ambiente. Así, tristemente, sigue sin reconocer
-hasta el día de hoy- que sus operaciones mineras
contaminan con aguas ácidas y metales pesados, por
miles y miles de años, el medio ambiente. A ello
agregamos que han secado además muchas fuentes de
agua. Una posible descontaminación demandaría una
enorme inversión. Ellos solamente hablan de impactos
inocuos que -según ellos- no hacen daño. La nueva
inversión ambiental (el costo de una onza de oro
bordea los 80 dólares y la venden a casi 700 dólares:
ni la coca es más rentable) debería llevar a la
construcción de una moderna planta de tratamiento del
agua potable. Este reclamo justo chocaría con la
buena conciencia con que durante todos estos años
han mentido a Cajamarca. En el mundo
globalizado de hoy, en algunas partes, ya no se
permite la tecnología empleada -la lixiviación a tajo
abierto, con cianuro y sacando el mineral de las
cuencas donde nacen el agua-, porque es precisamente
imposible controlar y eliminar la contaminación. Lo
que la Newmont no puede hacer en Estados Unidos lo
practica en el Perú, donde nadie la controla ni
fiscaliza responsable y eficientemente. En este
contexto, las leyes ambientales de protección y las
instituciones que deberían velar por ellas (p. e. el
CONAM ) están sólo de adorno.
Para los norteamericanos, mayores
inversiones es sólo una cuestión de números. Sus
accionistas ya se han acostumbrado a una renta
exorbitante y en constante aumento. Difícil será
convencerlos de que deberían gastar más en un cuidado
efectivo del medio ambiente. En las actuales
circunstancias, cuando países en plena vía de
desarrollo (materialmente hablando), como India y
China, empujan el precio del oro hacía arriba, el
asunto del dinero no es un factor que se marque
límites.
Pese a todo, el futuro de esta empresa y su
permanencia en el Perú requiere de cierta paz social
y el nuevo gobierno aprista -ya comprometido hasta el
cuello con Yanacocha- ha garantizado que para las
futuras inversiones se aplicará “el estado de
derecho“, lo que equivale a decir la táctica de
“sangre y fuego“. Será, probablemente, lo
ya visto en su primer gobierno, entre 1985-1990,
mejor dicho el embrutecimiento de los modales
democráticos.
La mejor garantía para que todo esto funcione es el
hombre que el Apra ha puesto como primer
Vicepresidente de la República, Luís Giampietri, un
marino retirado y ex fujimorista, un conocido
violador de los derechos humanos, quien empleará la
táctica de la cachiporra para el pueblo y la
zanahoria para los empresarios mineros. Asistiremos a
un escenario político donde los conflictos sociales
(se habla de 30 focos permanentes a nivel nacional)
serán sofocados con la más clásica represión, al
estilo de una dictadura militar.
En muchas provincias y distritos del departamento de
Cajamarca, la expansión minera ya es rechazada
completamente (no le dan la licencia social) gracias
a la heroica defensa del Cerro Quilish. El último
suceso es lo ocurrido el 7/07/06 en el centro poblado
de San Pablo, distrito de Jesús. A estos pueblos, el
coraje indomable y la dignidad demostrada en la lucha
por Quilish les ha dado mucho valor para defender sus
recursos naturales. Lamentablemente, el partido
aprista seguirá defendiendo a las transnacionales,
puesto que Yanacocha financió en gran parte la
campaña política de Alan García, quien contaba para
esta relación con la ayuda incondicional de su
publicista Hugo Otero, que a la vez labora para la
mina.
Muchos líderes ambientalistas (de los Frentes de
Defensa) y ronderos han sido y serán enjuiciados.
Otros están encarcelados (caso Chugur, en febrero del
2006). Y en los peores momentos que vienen -como
sucedió en el pasado (San Ignacio, en 2003, con la
muerte de José Yajahunaca Adrianzén; la muerte de
Juan Montenegro Lingán en 2004 en la provincia de
Santa Cruz, y la muerte de los ronderos Remberto
Herrera y Melanio García, en 2005)- otros luchadores
sociales serán asesinados.
Las empresas mineras no permitirán un nuevo Tambo
Grande u otro Cerro Quilish. Estamos convencidos de
esta afirmación. Esto es lo que Newmont Mining
Corporation, con su presidente a la cabeza , el
canadiense Pierre Lassonde, define bonitamente como
“responsabilidad social”.
Naturalmente, nuestra indeclinable propuesta es
organizar mejor al pueblo.
Cajamarca, 11 de julio del 2006
Ing. Reinhard Seifert
Presidente del Frente Único en Defensa de la Vida,
del Medio Ambiente y de los Intereses de
Cajamarca