Estimado Luis:
Realmente nos ha conmovido tu carta, y si bien no nos duele que nos llamen soñadores, sí nos molesta que piensen que somos enemigos de la modernidad, porque justamente en nombre de ella es que pensamos en un Celendín turístico, que pueda ofrecer al visitante su personalidad única y su fisonomía de pueblo de honda raigambre peruano-española.
Si esos señores que aducen que no vivimos allá tuvieran un poco más de tino al pensar, sabrían que, cuando uno quiere a su pueblo, cualquier lugar del mundo es bueno para intentar proteger y conservar el legado de nuestros ancestros, porque ellos nos dejaron una lección de vida y de cómo deben hacerse las cosas.
A esos señores "modernos", que creen que pueden huachafear el pueblo a su gusto, les respondemos que Celendín también es nuestro pueblo, que sigue siendo nuestra tierra. Y que porque quizas allí tenemos más raíces que ellos, nos preocupan hondamente sus problemas. Que fácil sería evadir el problema como Pilatos, decir ya no vivo allí y qué me importa lo que le suceda a ese viejo pueblo, allá ellos...
Nuestra actitud es diametralmente opuesta. Tenemos que pensar en las generaciones venideras y nos alegra de que tú compartas nuestra posición.
Un abrazo shilico,
CPM